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¿Eres psicoterapeuta? Probablemente serás entonces de alguna de las corrientes existentes. Tenemos varias para elegir: psicoanálisis, cognitivo-conductual, humanista, gestalt, EMDR, sistémico, análisis transaccional, constructivismo…  Si no te adhieres 100% a alguno de los modelos, entonces te llamarás “ecléctico” que significa algo así como que coges cosas de aquí y de allá. Y si combinas dos o tres métodos, igual te llamas integrador o integrativo (aunque realmente, la integración va un poco más allá)

En cualquier caso, esto a veces me recuerda al funcionamiento de las diferentes religiones. Uno nace y pueden ocurrir varias cosas. Pueden decirte que existe un dios, único y verdadero, que se llama (como sea) y darte todas las pautas  para relacionarte con él. Te transmiten los mandatos que dejó escritos antes de irse al otro mundo (siempre hay otro mundo), te cuentan cómo son los templos sagrados a los que debes acudir, los sacrificios que debes realizar, los medios de comunicación para contactar con él, y quienes son sus representantes en la tierra (esto es fundamental, porque solo con ellos te podrás relacionar directamente, son la autoridad) Lo normal si creces en un entorno donde los tuyos te transmiten esto, tú también creerás, y posiblemente sientas creyente del dios único y verdadero. Posiblemente también, considerarás al resto (más o menos respetuosamente, en función de los mandatos de tu religión) como unos ignorantes, herejes, o al menos, desafortunados por no creer en tu dios.

Puede suceder también  que te expliquen que hay un dios o varios, pero que debes ser tú quien elija a quién seguir. Finalmente ocurrirá parecido a la opción A. Seguirás a alguno de los dioses existentes en el repertorio (normalmente, alguno de los actuales… nadie elige seguir a los dioses griegos o romanos….) pero tendrás más opción a seleccionar de entre los existentes el que más te cuadre.

Por último, puede ocurrir algo alternativo. Puede que te expliquen que hay gente que cree en dioses y gente que no cree. Y puede que te trasmitan la idea de que es optativa la opción. No es mejor o peor no creer… es una cuestión de elección personal. Si te han hecho tal planteamiento (o por lo que sea, has llegado tú mismo a tal conclusión) tienes un poco más de repertorio para elegir. Puedes limitarte a creer o a no creer, o puedes incluso, buscar un porqué existen tantas religiones y porqué todos están tan convencidos de estar en el lugar correcto.

Si llegas a esta última vía, tal vez acabes topándote con lo siguiente: existe una necesidad de creer en algo. El mundo está lleno de incertidumbre y de cosas que no podemos controlar. Nos gusta por lo tanto tener algo a lo que agarrarnos. Sentir que estamos siguiendo una guía y que nuestra capacidad de elección no es en realidad tan alta. Limita nuestras opciones, es cierto, pero esto a veces es liberador. ¿Te imaginas tener que leer sobre todas las religiones existentes antes de elegir? ¿Te imaginas encima hacer este trabajo con la idea de que aun leyendo sobre todas ellas, siempre te quedará la opción de no elegir ninguna? Esto cansa, exaspera, desespera. Preferimos las guías. Preferimos subir una montaña con alguien delante  o al menos con una cuerda que nos marque el camino. Preferimos a los mesías.

Y volviendo a la psicoterapia… incluso aquellos que integran, saben que al final, esto es una religión en sí misma. No tenemos escapatoria. Sin embargo, los que integran o los que van aún más allá y descreen de todas las escuelas, pueden llegar a hacer un ejercicio de meta-análisis (unos cuantos científicos ya lo han hecho) y darse cuenta de que hay un mecanismo que subyace a todas las religiones, ¡perdón! escuelas de psicoterapia que tienen éxito. Ah, sí. Esto también hay que decirlo. Todas tienen éxito. Todas consiguen cosas parecidas.

Por lo tanto si eres psicoterapeuta y estás leyendo esto, te pueden haber pasado varias cosas tras la lectura. Puedes estar ofendidísimo conmigo, como estaría un creyente leyendo a un hereje, y tener en tu repertorio varios estudios, argumentos, o referencias que darme para demostrarme que tu dios es el único, y los demás estamos equivocados y somos poco serios. Entonces probablemente, seas de los que pertenecen a una de las escuelas mayoritarias.

Puedes estar sintiendo curiosidad por esto que digo. Sin ofenderte, pero tampoco sintiéndote muy cómodo con eso de la elección. Tal vez estés entonces en fase de transición, a punto de decidir en qué lugar te quedas.

Por último, puedes estar sonriendo y sintiéndote identificado con este discurso. Entonces, seguramente seas uno de los psicoterapeutas “ateos” que ronda por el mundo. Bienvenido.

Yo he pasado por las tres fases. A mí no me dieron a elegir religión, me la impusieron, pero finalmente terminé en ese lugar del “meta-análisis”, donde muchos otros han estado antes. Se llama algo así como la perspectiva de los “factores comunes”.  En otro artículo hablaré sobre esto. Hoy solo quería reflexionar sobre dioses.